Misiones Manantiales
By Juan A. | Christ for the Nations Volunteer
La pasada semana del Domingo 14 al Domingo 21 de Abril, durante las festividades de semana santa, un grupo de alrededor 60 misioneros de Estados Unidos, Brasil, Ecuador, Curaçao, Venezuela, Colombia, Argentina, entre otros, nos unimos en una misión de esperanza para una comunidad extremadamente vulnerable y de escasos recursos ubicada en el departamento de Antioquia, Colombia. Se trata de la comunidad llamada “Manantiales”, la cual es considerada como el segundo asentamiento más grande del país, la que a su vez sufre una gran problemática social y económica debido a la falta de planificación por ser una invasión de territorio que fue creciendo desmedidamente desde hace algunos años atrás.
El instituto bíblico Cristo para las Naciones, la fundación Ciudad Refugio y el programa Amaneceres unieron fuerzas, pasión y recursos para llevar el mensaje y amor de Cristo Jesús a este sector. Durante toda esa semana se desarrollaron diversas actividades deportivas, recreativas, musicales y espirituales para que cada asistente los cuales principalmente eran niños, tuvieran una experiencia extraordinaria y se llevaran en sus corazones el conocimiento del amor de Dios.
Fue muy hermoso sentir el sincero abrazo de cada niño y sus radiantes sonrisas, ver el brillo esperanzador en sus ojos, y ver además que durante esas jornadas ellos se desconectaban completamente de una realidad muy dura que les ha tocado vivir, para conectarse con la paz, amor y alegría que provienen de Dios. La pregunta frecuente en cada chico era: “¿Cuándo vienen de nuevo?”, la cual quedó grabada en el corazón de cada misionero. Pedimos a Dios que ese anhelo de los niños de Manantiales de tener tiempos diferentes, escuchar cosas diferentes y sentirse amados, se convierta en combustible para cada uno de los voluntarios de dicha misión y abocarse con mayor frecuencia a esta población con tantas carencias.
Gracias al apoyo de algunos patrocinadores y al esfuerzo de todo el equipo, se lograron entregar refrigerios cada día, algunos mercados, ropa, zapatos, entre otros, no solo a los niños sino también a muchas madres residentes del barrio.
Oramos para que Dios mande obreros para su obra y que la semilla que fue sembrada en cada corazón de frutos a su tiempo. Estamos felices de poder decir: ¡Misión cumplida!
“Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones”. Marcos 13:10