La Belleza del Crecimiento
Por Lydia | Voluntaria de Alemania
Servir en Ciudad Refugio como voluntaria ha sido una de las cosas más bellas de mi vida. Estoy sorprendida por todas las cosas que he podido ver y experimentar durante mi tiempo aquí en Colombia. Cada momento divertido, sorprendente, extraordinario, conmovedor y desgarrador se suma a un año lleno de oportunidades para servir, aprender y crecer.
Al llegar a Colombia, no esperaba ser desafiada de tantas maneras diferentes. Todo comienza con cosas sencillas como enseñar una clase o aprender un nuevo idioma, pero también implica enfrentarse a una nueva cultura, a la pobreza, a la desesperanza y a la adicción, e incluso enfrentar diferentes luchas personales. Sin embargo, son exactamente estos desafíos los que me están sacando de mi zona de confort, motivándome a aprender nuevas habilidades, cuestionando viejos hábitos y formas de pensar, y creciendo en mi personalidad.
Es un privilegio para mí presenciar el cambio en la vida de las personas que hacen parte de los programas de la fundación, y ver una sonrisa sincera en la cara de alguien donde antes solo podía ver el dolor y la angustia.
¡Este año es sin duda el más intenso de mi vida hasta ahora! Y estoy muy agradecida por esta oportunidad de venir a Ciudad Refugio por un año y ser parte de este ministerio. Aunque a veces es difícil, ¡definitivamente vale la pena!